lunes, 16 de mayo de 2011
Mi espiritu entre sueños!
Las tardes se tornan grises, frescas, lánguidas, y esa tenue luz que antes era radiante, ahora penetra difuminada por la ventana y presagia días menos cálidos, dándole a mi alcoba una tonalidad más acogedora. Leo a Poe totalmente subyugada, mientras mis pies parecen querer jugar entre ellos. Pienso en Virginia y Leonora, en "Eddie", en la poesía, en las personalidades extremas, en mis propios excesos, y de repente siento la necesidad de agradecerle, a algún ente misterioso, toda mi vida. Al otoño le gusta crear dioses imaginarios. Tal vez porque por cada frágil susurro de los árboles meciéndose al son del viento, por cada caricia de una hoja marchita sobre mi cara, creo percibir una fuerza aún mayor que mis propias pasiones escondidas. Y aunque la incertidumbre me domina, siento que todo vuelve a su sitio.
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